jueves, 19 de septiembre de 2013

Las comunidades de aprendizaje llegan a Brasil

Eloisa Mesquita, gerente del proyecto “Ginásio experimental carioca”, en el momento que la escuela "Epitacio Pessoa" de Rio de Janeiro se dispone a "soñar"

“Yo soy vulnerable al canto de sirenas”, observó la alumna, de 14 años, tajante y se produjo un silencio incómodo. Era su interpretación traes leer la Odisea de Homero, durante una tertulia literaria que se celebró en una escuela situada en una de las comunidades más violentas de Rio de Janeiro, la Pavuna. Los alumnos habían trabajado sobre un fragmento en el que Ulises era advertido por la diosa Circe de la peligrosidad de escuchar las voces de las ninfas y le aconsejaba que tapara con cera los oídos de sus remeros y fuese atado al mástil del navío. Tras leer aquello, la profesora pidió a los estudiantes que marcasen el párrafo que más les había impresionado y explicasen el motivo. A Eloisa Mesquita, gerente del proyecto “Ginásio experimental carioca”, que aquel día participaba en la actividad, la respuesta de una de las estudiantes le dejó de piedra: “A mí me gusta el canto de las sirenas. Soy una persona vulnerable al canto de las sirenas porque mi vida es muy dura, terrible. Si no tuviese el canto de la sirenas, no tendría nada”, cuenta que manifestó la joven, de sopetón. Una colega, de su misma edad, le rebatió: “Entonces tendrás que percibir qué canto de sirenas va a ser mejor para ti cuando los escuches, porque si son cantos que te lleven a las drogas o cosas que te hagan mal, sufrirás mucho”.

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