lunes, 1 de junio de 2015

Eternidad. Un poema de Dulce María Loynaz

Eternidad

Dulce María Loynaz

No quiero, si es posible
que mi beneficio desaparezca,
sino que viva y dure toda
la vida de mi amigo.

Séneca

En mi jardín hay rosas:
Yo no te quiero dar
las rosas que mañana...
Mañana no tendrás.

En mi jardín hay pájaros
con cantos de cristal:
No te los doy, que tienen
alas para volar...

En mi jardín abejas
labran fino panal:
¡Dulzura de un minuto...
no te la quiero dar!

Para ti lo infinito
o nada; lo inmortal
o esta muda tristeza
que no comprenderás...

La tristeza sin nombre
de no tener que dar
a quien lleva en la frente
algo de eternidad...

Deja, deja el jardín...
no toques el rosal:
Las cosas que se mueren
no se deben tocar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario