domingo, 4 de diciembre de 2016

"El cazador (o Una pócima para el amor)". Un cuento de John Collier.

Alan Austen, nervioso como un gato, subió cierta oscura y crujiente escalera en las inmediaciones de Pell Street y escudriñó un momento en el sombrío rellano, antes de localizar el nombre que buscaba, escrito confusamente sobre una de las puertas.

Empujó esa puerta, como se le había indicado, y se encontró en una pequeña estancia, en la que no había más mobiliario que una sencilla mesa de cocina, una mecedora y una silla corriente. En una de las sucias paredes color gris había un par de anaqueles que contenía en total, quizás, una docena de botellas y tarros.

Un hombre viejo estaba sentado en la mecedora, leyendo un periódico. Alan, sin palabras, le entregó la tarjeta que le habían dado.

—Siéntese, señor Austen —indicó el viejo con gran cortesía—. Tengo mucho gusto en conocerlo.

—¿Es verdad que posee usted cierta mixtura de… hum… unos efectos muy extraordinarios?

—Mi querido señor —contestó el anciano—, mis existencias de ese género no son muy amplias, pero no dejan de ser variadas. No trabajo compuestos comunes… Creo que nada de lo que vendo tiene efectos que puedan ser descritos, precisamente, como corrientes.

—Bien, el hecho es… —empezó Alan.

—Por ejemplo —le interrumpió el viejo, tomando una botella del anaquel—, aquí está un líquido incoloro como el agua, casi insípido, completamente imperceptible si se disuelve en café, vino o cualquier otra bebida. Pasaría también totalmente inadvertido en cualquier método usual de autopsia.

—¿Quiere decir que se trata de un veneno? —exclamó Alan horrorizado.

—Llámelo detergente, si le place —continuó el viejo con indiferencia—. Quizá sirva para limpiar guantes. Jamás lo he intentado. Se podría llamar detergente de vidas. Las vidas necesitan limpieza a veces.

—No deseo nada de esa clase —precisó Alan.

—Probablemente algo parecido —manifestó el anciano—. ¿Sabe el precio? Por una cucharadita de té, que es suficiente, pido cinco mil dólares. Nunca menos. Ni un centavo menos.


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