viernes, 29 de diciembre de 2017

"Una carga de mierda". Breve ensayo de John Berger.

En uno de sus libros, Milan Kundera desecha la idea de Dios porque, en su opinión, ningún dios podría haber concebido una forma de vida en la que fuera necesario cagar. El modo en que enuncia este argumento lleva a pensar que no se trata tan sólo de una broma. Kundera expresa una profunda afrenta, una afrenta típicamente elitista. Transforma la repugnancia natural en shock moral, un ejercicio muy caro a las élites. El coraje, por ejemplo, es una virtud por todos admirada, pero sólo las élites condenan la cobardía como una bajeza. Los desposeídos saben perfectamente que en determinadas circunstancias todos somos capaces de ser cobardes.

La semana pasada cargué y enterré la mierda de todo el año. La mierda de mi familia y de los amigos que nos visitan. Hay que hacerlo una vez por año y mayo es el momento oportuno. Antes de mayo, se corre el riesgo de que esté congelada y más tarde llegan las moscas. Hay muchas moscas en verano a causa del ganado. Un hombre, hablándome de su soledad, me dijo no hace mucho: “El invierno pasado llegué a echar de menos las moscas”.

Primero cavo un foso en la tierra del tamaño de una tumba, pero no tan profundo. Los bordes deben ser firmes para que la carretilla no se deslice cuando la inclino para descargarla. Estando parado allí en el foso, se acerca Mick, el perro de mi vecino. Lo conozco desde que era cachorro, pero nunca me ha visto así, frente a él, más bajo que un enano. Su sentido de la proporción se perturba y comienza a ladrar. CONTINUAR LEYENDO


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